Sabemos que un corazón sano, sin remordimientos ni falta de perdón, ni egoísmo. Es un corazón puro
del que hablara una boca con buenas intenciones, nos darán palabras y consejos fructíferos, de bien y no de mal...
Así como se conocen los árboles por sus buenos frutos, son conocidos los hombres por sus obras.
Aun por sus hechos un muchacho se da a conocer.
Si su conducta es pura y recta.
(Proverbio 20:11)
No hay comentarios:
Publicar un comentario